Me considero un amante de la sencillez, de lo mínimal y de la frase menos es más. Porque muchas veces con poco somos capaces de decir mucho. Y su verdadero encanto no está en ocultar lo que nos gustaría expresar, el aliciente habita en el premio de descubrir aquello que queríamos expresar sin expresarlo del todo. Convirtiéndose en doble premio, tanto como para el que lo descubre, como para uno mismo que ha sido capaz de comunicarlo sin comunicarlo del todo. Digamos, un gran mensaje en una pequeña botella de cristal y poniendo esto de ejemplo, una botella es simplemente una botella pero un mensaje, claramente, no es solo un mensaje… pueden llegar a ser las palabras que cambien el mundo.

Esto es un arte, el arte de decir mucho sin decir apenas nada. La fotografía es uno de esos mundos donde este movimiento va de la mano de una gran frase “Una imagen vale más que mil palabras”. La música es otro de ellos, un compás o unas barras no te delimitan a la hora de contar más diciendo menos. Incluso, la literatura en verso es un ejemplo intenso de menos es más, contando mucho con muy pocas palabras.

Todo esto es la magia de menos es más. Y cuyo premio, placer o gusto es para todos esos oyentes, lectores u ojeadores que descubren ese sentimiento que nuestro autor nos quiere desvelar entre simples líneas. Es digno de elogiar, y felicito a todos los que hacen grandes este movimientos, por enseñarnos que en la cantidad no existe la calidad, en la cantidad existe la pesadez.

Tales son las sensaciones de la sencillez que este post se va a quedar en menos… para que en vuestra mente se convierta en más. No obstante, voy a recomendar unos microrrelatos que son la esencia e inspiración del Insight de hoy. Os invito a visitar el Instagram de nuestro compañero Carlos J. Rasgado para deleitaros de sus escasas pero amplias palabras.

https://www.instagram.com/carlosjrasgado/