De sobras es comentado y conocido las innumerables lagunas y pasajes oscuros con los que cuenta la Marca España (o Marca España Global como han decidido llamarla ahora).

Siempre me ha resultado muy curioso ese empeño en «construir una Marca España que sea fuerte de cara al exterior» (supongo que de ahí lo de nombrarla ahora como Global). Pero ¿de qué sirve construir hacia afuera cuando de puertas para adentro todo es un desastre?

San Fermín

Cómo marca, España se encuentra en pañales por una mezcla de dejadez histórica y politización. Pero no voy a entrar mucho en eso más allá de que (como ocurriría con cualquier empresa), una Marca debe construirse primero hacia adentro para poder luego expresarse hacia afuera (y no al revés).

Creo que uno de los pilares fundamentales para crear cultura de marca, o «engagement» como lo llaman los entendidos, se encuentra en nuestro total olvido hacia nuestros héroes. ¿Realmente un país con una historia tan amplia, profunda, rica y diversa como la nuestra no tiene héroes? ¿Pero cómo es eso posible? 

9 Ligas, 4 Champions League, 2 Eurocopas y 1 Mundial… se dice pronto. Estamos hablando del que posiblemente es uno de los deportistas más importantes que ha tenido este país. Andrés Iniesta. Cada año que nos alejamos de su gol en la final del Mundial de 2010, su recuerdo cae un poco más en el olvido.

¿Y si hablamos de alguien que ha ganado 3 Ligas, 1 Copa de la UEFA y 1 Mundial? Buen palmarés, sin duda, ¿pero puede competir con el palmarés anterior? A priori no, pero esta persona en su país ha sido ascendida directamente a la categoría de dios, teniendo su propio culto religioso. Hablamos, por supuesto, de Diego Armando Maradona, historia viva del fútbol; ¿pero acaso Iniesta no lo es también o, al menos, no debería serlo para los españoles?

Esto del olvido de nuestro héroes ocurre constantemente (y no solo en el deporte). Otro ejemplo lo tenemos en Paco de Lucía, algecireño como nosotros, y la persona que internacionalizó el flamenco. Casi nada. Considerado como una eminencia musical en el mundo entero, el flamenco hoy en día no puede entenderse sin toda la aportación de Paco. ¿Os imagináis que Inglaterra prácticamente ninguneara a The Beatles? O, por poner otro ejemplo; en Jamaica, la casa de Bob Marley está considerada monumento nacional.

Angel Sanz Briz

Uno de los casos más sangrantes es el de Ángel Sanz Briz (conocido como el Ángel de Budapest). Destinado como embajador en Hungría durante la Segunda Guerra Mundial, este hombre se dedicó a salvar la vida de unos 5.000 judíos, ayudándolos a salir de aquel país. Por poner otro ejemplo de alguien que hiciera algo parecido, Oskar Schindler salvó a unos 1.200 judíos. Es cierto, que esto no es una cuestión de números, pero no deja de resultar curioso que uno haya tenido una superproducción hollywoodiense y otro apenas un telefilm que se vieron casi obligados a hacer. ¿A que no adivináis cuál corresponde a quién?

Y no penséis que la lista acaba aquí… ¿Quién conoce a Blas de Lezo? Uno de los mayores estrategas militares de todos los tiempos y un completo desconocido para la inmensa mayoría de los españoles. Es como si Napoleón o George Washington fuesen unos absolutos desconocidos en sus respectivos países.

Pedro Duque

¿Quién no ha soñado de pequeño con ser astronauta? ¿Cómo es posible que una figura tan importante como es la de un astronauta pase tan desapercibida? Pedro Duque, el primer español en la historia en viajar al espacio y prácticamente un desconocido en nuestro país. Diría incluso que tiene mayor reconocimiento en Rusia que en España, aunque ahora sea ministro de Ciencia… Es pensar que Neil Armstrong pueda ser un «don nadie» para los estadounidenses y me dan escalofríos.

Esto es solo la punta del iceberg. Nuestro país está repletos de héroes desconocidos, héroes que de abanderarlos seguro que propulsarían a la Marca España; no sé si de forma «global», pero, hacia adentro, no cabe la menor duda.