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Tiempo estimado: 4 min.
El propósito como refugio y oportunidad.
Escrito por
Carlos Rasgado
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El propósito como refugio y oportunidad.
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Carlos Rasgado
Branding
Escribo estas líneas desde el sofá de mi casa, mi pequeño apartamento en Sevilla que se ha convertido en oficina, gimnasio, hogar y refugio en estos días de incertidumbre.
¿En que momento íbamos a pensar en que una situación así, con tantos ingredientes bélicos, nos tocaría? En el corazón de Europa, la nación de naciones, precursora y garante de los derechos civiles y el progreso.
Un amigo que ahora vive en China, con el que dejé de tener contacto, usaba habitualmente la frase “la única constante es el cambio”, para definir su vida, como regla de sus decisiones personales, que muchas veces veía extremadamente arriesgadas. Ese aforismo se muestra hoy mas vigente y fuerte (que nunca).Tengo 33 años (espero por cierto, celebrar mi 34 cumpleaños, el 27 de Abril, rodeado de mi familia, bajo la copa de un árbol, viendo montañas cerca… ojalá). Pertenezco a una generación que ha vivido más en estado de crisis que en épocas de calma y estabilidad, al menos desde que fuimos mayores para ver telediarios.
El 11S en 2001 y sus coletazos en el ecuador de nuestra adolescencia, la crisis del 2008 al 2014 cuando teníamos que construir los cimientos de nuestra carrera profesional, y ahora esto… en el momento en el que se supone que debíamos madurar nuestros proyectos personales y profesionales de vida. ¿Saldremos adelante? Saldremos adelante… porque la única constante es el cambio, para lo bueno y para lo malo, pero esa “recuperación” será mas sencilla y duradera hasta la próxima crisis si renovamos la fé en nuestros propósitos y apostamos decididamente por ellos.
Ya se ha hablado en numerosas ocasiones en el blog, sobre el propósito de las marcas. He aprendido mucho de Apolo estos seis años de camino juntos, desde que aparecimos Adri y yo por las escaleras del estudio para hablar sobre Eurafrica con Sergio y Carlos. Entre todos los conceptos que nos han transmitido en este tiempo, la idea de propósito es la que mas me ha marcado e impresionado. Aquello por lo que existe nuestra marca, que trasciende a sus cuentas, a su equipo, y es el horizonte último de su existencia.
Un destino, cuyo alcance total o parcial es mas importante que el “quien” lo logre (puede que no sea tu empresa, puede que no seas tu, lo importante es que se logre). Lo que Havas llamó Meaningful brands empresas con significado, y todo el desarrollo posterior de este concepto, que muchos nos creímos y seguimos “a pie juntillas”, va a ayudarnos a comprender el rol de nuestras marcas, las nuevas relaciones que se tejerán con “su gente”, el papel (aún mas) protagonista que jugaremos en la vida de las personas con las que nos relacionamos.
Tenemos la suerte de vivir en un Estado social de derecho, grande y fuerte, que sin duda creo es la mejor “ficción” que hemos inventado los sapiens para relacionarnos (esto es harina de otro costal).
Con todo, ese Estado fuerte que nos protege no puede llegar a todos los rincones, y es ahí donde estamos presenciando estos días numerosos ejemplos de marcas que, en momentos de dificultad, están llenándose de significado y construyendo una relación mas franca, mas sana (y mas duradera) con “su gente”.
Todos tenemos casos en mente, como el de la Estación de servicio de Estepa con su foodtruck lleno de productos para los camioneros, las editoriales que han liberado contenidos de sus revistas ó las empresas de la industria textil que han sustituido sus diseños habituales por la confección de mascarillas y trajes para los sanitarios, pasando por policías, que salían del coche patrulla guitarra en mano, cantando canciones infantiles para tranquilizar a los peques de la calle. Todos ellos son ejemplos de marcas que en época de dificultad han conectado con su propósito (y “su gente”), comprendiendo que las marcas tienen la capacidad de llegar donde no puede llegar un gobierno.
Son todas ellas marcas que han comprendido que no es momento de vender, sino de revitalizar tu propósito y acercarte a él (que por otro lado, es una gran decisión para ser rentables a medio-largo plazo).
Para nosotros (Eurafrica, El Mito) el Coronavirus debe suponer, además de un quebradero de cabeza, una oportunidad para alinearnos aún mas con el propósito de unir continentes, apostar por la convivencia, la interculturalidad y la empatía, el respeto a la naturaleza y el cuidado de nuestro patrimonio, como una forma de vida sostenible y humana. Hoy, cuando escribo este artículo (26 de Marzo), puede resultar un poco superfluo o extravagante hablar de una carrera por etapas alucinante que se va a celebrar en el Estrecho de Gibraltar el próximo otoño, y quizá lo sea, dada la situación. Pero estoy alimentando en mi mente durante estos últimos días de reclusión, la idea de que la próxima Eurafrica será mas necesaria que nunca, porque el abrazo y el recuerdo que entre toda la familia construyamos será mas puro, mas honrado y duradero que nunca.
Nuestro propósito estos días es cuidar de nuestra gente, de los corredores, voluntarios, patrocinadores, proveedores… de los cientos de personas que forman Eurafrica, recordando que son grandes y que unidos podemos superar tormentas perfectas, como cuando lo hicimos en 2018.[/vc_column_text][vc_column_text]Pienso en la forma en la que Coronavirus va a suponer un resorte para mi vida, nuestra vida, y me imagino cambios significativos en campos troncales, como la idea de lo fiscal, especialmente en el apoyo a la sanidad pública y al cuidado de nuestros mayores, ó laboral, con mayor flexibilidad de las empresas para facilitar teletrabajo y conciliación familiar.
Quizá se acelere la tendencia hacia corporaciones (empresas) menos grandes, más agiles y especializadas, con capacidad de adaptación a nuevas realidades, como consecuencia del “bichito”.
También me imagino otros cambios mas íntimos, como un aumento de la espiritualidad, o una búsqueda colectiva de la sensibilidad y la belleza (arte) como respuestas ante toda esta incertidumbre.
Quiero pensar que de toda esta sorpresa, de toda esta conciencia de nuestra vulnerabilidad, saldremos mejores. Porque también, a modo interno y personal, habremos tenido tiempo de revitalizar nuestros propósitos, valorar lo que teníamos y cuidarnos más, cuando todo acabe y comience de nuevo.
Escribo estas líneas desde el sofá de mi casa, mi pequeño apartamento en Sevilla que se ha convertido en oficina, gimnasio, hogar y refugio en estos días de incertidumbre.
¿En que momento íbamos a pensar en que una situación así, con tantos ingredientes bélicos, nos tocaría? En el corazón de Europa, la nación de naciones, precursora y garante de los derechos civiles y el progreso.
Un amigo que ahora vive en China, con el que dejé de tener contacto, usaba habitualmente la frase “la única constante es el cambio”, para definir su vida, como regla de sus decisiones personales, que muchas veces veía extremadamente arriesgadas. Ese aforismo se muestra hoy mas vigente y fuerte (que nunca).Tengo 33 años (espero por cierto, celebrar mi 34 cumpleaños, el 27 de Abril, rodeado de mi familia, bajo la copa de un árbol, viendo montañas cerca… ojalá). Pertenezco a una generación que ha vivido más en estado de crisis que en épocas de calma y estabilidad, al menos desde que fuimos mayores para ver telediarios.
El 11S en 2001 y sus coletazos en el ecuador de nuestra adolescencia, la crisis del 2008 al 2014 cuando teníamos que construir los cimientos de nuestra carrera profesional, y ahora esto… en el momento en el que se supone que debíamos madurar nuestros proyectos personales y profesionales de vida. ¿Saldremos adelante? Saldremos adelante… porque la única constante es el cambio, para lo bueno y para lo malo, pero esa “recuperación” será mas sencilla y duradera hasta la próxima crisis si renovamos la fé en nuestros propósitos y apostamos decididamente por ellos.
Ya se ha hablado en numerosas ocasiones en el blog, sobre el propósito de las marcas. He aprendido mucho de Apolo estos seis años de camino juntos, desde que aparecimos Adri y yo por las escaleras del estudio para hablar sobre Eurafrica con Sergio y Carlos. Entre todos los conceptos que nos han transmitido en este tiempo, la idea de propósito es la que mas me ha marcado e impresionado. Aquello por lo que existe nuestra marca, que trasciende a sus cuentas, a su equipo, y es el horizonte último de su existencia.
Un destino, cuyo alcance total o parcial es mas importante que el “quien” lo logre (puede que no sea tu empresa, puede que no seas tu, lo importante es que se logre). Lo que Havas llamó Meaningful brands empresas con significado, y todo el desarrollo posterior de este concepto, que muchos nos creímos y seguimos “a pie juntillas”, va a ayudarnos a comprender el rol de nuestras marcas, las nuevas relaciones que se tejerán con “su gente”, el papel (aún mas) protagonista que jugaremos en la vida de las personas con las que nos relacionamos.
Tenemos la suerte de vivir en un Estado social de derecho, grande y fuerte, que sin duda creo es la mejor “ficción” que hemos inventado los sapiens para relacionarnos (esto es harina de otro costal).
Con todo, ese Estado fuerte que nos protege no puede llegar a todos los rincones, y es ahí donde estamos presenciando estos días numerosos ejemplos de marcas que, en momentos de dificultad, están llenándose de significado y construyendo una relación mas franca, mas sana (y mas duradera) con “su gente”.
Todos tenemos casos en mente, como el de la Estación de servicio de Estepa con su foodtruck lleno de productos para los camioneros, las editoriales que han liberado contenidos de sus revistas ó las empresas de la industria textil que han sustituido sus diseños habituales por la confección de mascarillas y trajes para los sanitarios, pasando por policías, que salían del coche patrulla guitarra en mano, cantando canciones infantiles para tranquilizar a los peques de la calle. Todos ellos son ejemplos de marcas que en época de dificultad han conectado con su propósito (y “su gente”), comprendiendo que las marcas tienen la capacidad de llegar donde no puede llegar un gobierno.
Son todas ellas marcas que han comprendido que no es momento de vender, sino de revitalizar tu propósito y acercarte a él (que por otro lado, es una gran decisión para ser rentables a medio-largo plazo).
Para nosotros (Eurafrica, El Mito) el Coronavirus debe suponer, además de un quebradero de cabeza, una oportunidad para alinearnos aún mas con el propósito de unir continentes, apostar por la convivencia, la interculturalidad y la empatía, el respeto a la naturaleza y el cuidado de nuestro patrimonio, como una forma de vida sostenible y humana. Hoy, cuando escribo este artículo (26 de Marzo), puede resultar un poco superfluo o extravagante hablar de una carrera por etapas alucinante que se va a celebrar en el Estrecho de Gibraltar el próximo otoño, y quizá lo sea, dada la situación. Pero estoy alimentando en mi mente durante estos últimos días de reclusión, la idea de que la próxima Eurafrica será mas necesaria que nunca, porque el abrazo y el recuerdo que entre toda la familia construyamos será mas puro, mas honrado y duradero que nunca.
Nuestro propósito estos días es cuidar de nuestra gente, de los corredores, voluntarios, patrocinadores, proveedores… de los cientos de personas que forman Eurafrica, recordando que son grandes y que unidos podemos superar tormentas perfectas, como cuando lo hicimos en 2018.[/vc_column_text][vc_column_text]Pienso en la forma en la que Coronavirus va a suponer un resorte para mi vida, nuestra vida, y me imagino cambios significativos en campos troncales, como la idea de lo fiscal, especialmente en el apoyo a la sanidad pública y al cuidado de nuestros mayores, ó laboral, con mayor flexibilidad de las empresas para facilitar teletrabajo y conciliación familiar.
Quizá se acelere la tendencia hacia corporaciones (empresas) menos grandes, más agiles y especializadas, con capacidad de adaptación a nuevas realidades, como consecuencia del “bichito”.
También me imagino otros cambios mas íntimos, como un aumento de la espiritualidad, o una búsqueda colectiva de la sensibilidad y la belleza (arte) como respuestas ante toda esta incertidumbre.
Quiero pensar que de toda esta sorpresa, de toda esta conciencia de nuestra vulnerabilidad, saldremos mejores. Porque también, a modo interno y personal, habremos tenido tiempo de revitalizar nuestros propósitos, valorar lo que teníamos y cuidarnos más, cuando todo acabe y comience de nuevo.
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¿En que momento íbamos a pensar en que una situación así, con tantos ingredientes bélicos, nos tocaría? En el corazón de Europa, la nación de naciones, precursora y garante de los derechos civiles y el progreso.
Un amigo que ahora vive en China, con el que dejé de tener contacto, usaba habitualmente la frase “la única constante es el cambio”, para definir su vida, como regla de sus decisiones personales, que muchas veces veía extremadamente arriesgadas. Ese aforismo se muestra hoy mas vigente y fuerte (que nunca).Tengo 33 años (espero por cierto, celebrar mi 34 cumpleaños, el 27 de Abril, rodeado de mi familia, bajo la copa de un árbol, viendo montañas cerca… ojalá). Pertenezco a una generación que ha vivido más en estado de crisis que en épocas de calma y estabilidad, al menos desde que fuimos mayores para ver telediarios.
El 11S en 2001 y sus coletazos en el ecuador de nuestra adolescencia, la crisis del 2008 al 2014 cuando teníamos que construir los cimientos de nuestra carrera profesional, y ahora esto… en el momento en el que se supone que debíamos madurar nuestros proyectos personales y profesionales de vida. ¿Saldremos adelante? Saldremos adelante… porque la única constante es el cambio, para lo bueno y para lo malo, pero esa “recuperación” será mas sencilla y duradera hasta la próxima crisis si renovamos la fé en nuestros propósitos y apostamos decididamente por ellos.
Ya se ha hablado en numerosas ocasiones en el blog, sobre el propósito de las marcas. He aprendido mucho de Apolo estos seis años de camino juntos, desde que aparecimos Adri y yo por las escaleras del estudio para hablar sobre Eurafrica con Sergio y Carlos. Entre todos los conceptos que nos han transmitido en este tiempo, la idea de propósito es la que mas me ha marcado e impresionado. Aquello por lo que existe nuestra marca, que trasciende a sus cuentas, a su equipo, y es el horizonte último de su existencia.
Un destino, cuyo alcance total o parcial es mas importante que el “quien” lo logre (puede que no sea tu empresa, puede que no seas tu, lo importante es que se logre). Lo que Havas llamó Meaningful brands empresas con significado, y todo el desarrollo posterior de este concepto, que muchos nos creímos y seguimos “a pie juntillas”, va a ayudarnos a comprender el rol de nuestras marcas, las nuevas relaciones que se tejerán con “su gente”, el papel (aún mas) protagonista que jugaremos en la vida de las personas con las que nos relacionamos.
Tenemos la suerte de vivir en un Estado social de derecho, grande y fuerte, que sin duda creo es la mejor “ficción” que hemos inventado los sapiens para relacionarnos (esto es harina de otro costal).
Con todo, ese Estado fuerte que nos protege no puede llegar a todos los rincones, y es ahí donde estamos presenciando estos días numerosos ejemplos de marcas que, en momentos de dificultad, están llenándose de significado y construyendo una relación mas franca, mas sana (y mas duradera) con “su gente”.
Todos tenemos casos en mente, como el de la Estación de servicio de Estepa con su foodtruck lleno de productos para los camioneros, las editoriales que han liberado contenidos de sus revistas ó las empresas de la industria textil que han sustituido sus diseños habituales por la confección de mascarillas y trajes para los sanitarios, pasando por policías, que salían del coche patrulla guitarra en mano, cantando canciones infantiles para tranquilizar a los peques de la calle. Todos ellos son ejemplos de marcas que en época de dificultad han conectado con su propósito (y “su gente”), comprendiendo que las marcas tienen la capacidad de llegar donde no puede llegar un gobierno.
Son todas ellas marcas que han comprendido que no es momento de vender, sino de revitalizar tu propósito y acercarte a él (que por otro lado, es una gran decisión para ser rentables a medio-largo plazo).
Para nosotros (Eurafrica, El Mito) el Coronavirus debe suponer, además de un quebradero de cabeza, una oportunidad para alinearnos aún mas con el propósito de unir continentes, apostar por la convivencia, la interculturalidad y la empatía, el respeto a la naturaleza y el cuidado de nuestro patrimonio, como una forma de vida sostenible y humana. Hoy, cuando escribo este artículo (26 de Marzo), puede resultar un poco superfluo o extravagante hablar de una carrera por etapas alucinante que se va a celebrar en el Estrecho de Gibraltar el próximo otoño, y quizá lo sea, dada la situación. Pero estoy alimentando en mi mente durante estos últimos días de reclusión, la idea de que la próxima Eurafrica será mas necesaria que nunca, porque el abrazo y el recuerdo que entre toda la familia construyamos será mas puro, mas honrado y duradero que nunca.
Nuestro propósito estos días es cuidar de nuestra gente, de los corredores, voluntarios, patrocinadores, proveedores… de los cientos de personas que forman Eurafrica, recordando que son grandes y que unidos podemos superar tormentas perfectas, como cuando lo hicimos en 2018.[/vc_column_text][vc_column_text]Pienso en la forma en la que Coronavirus va a suponer un resorte para mi vida, nuestra vida, y me imagino cambios significativos en campos troncales, como la idea de lo fiscal, especialmente en el apoyo a la sanidad pública y al cuidado de nuestros mayores, ó laboral, con mayor flexibilidad de las empresas para facilitar teletrabajo y conciliación familiar.
Quizá se acelere la tendencia hacia corporaciones (empresas) menos grandes, más agiles y especializadas, con capacidad de adaptación a nuevas realidades, como consecuencia del “bichito”.
También me imagino otros cambios mas íntimos, como un aumento de la espiritualidad, o una búsqueda colectiva de la sensibilidad y la belleza (arte) como respuestas ante toda esta incertidumbre.
Quiero pensar que de toda esta sorpresa, de toda esta conciencia de nuestra vulnerabilidad, saldremos mejores. Porque también, a modo interno y personal, habremos tenido tiempo de revitalizar nuestros propósitos, valorar lo que teníamos y cuidarnos más, cuando todo acabe y comience de nuevo.
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